Cuando viajamos al extranjero por vacaciones es posible que adquiramos mucho de los destinos que elegimos. Así las costumbres y todos los componentes de la cultura del lugar no solamente la traemos en fotografía sino que buscamos ser parte de ella durante esos días. Sin embargo, sin el debido cuidado usted también puede traerse más que una experiencia cultural. Nos referimos a las enfermedades que abundan por doquier y de las que podemos ser blanco fácil.
Enfermedades como parte de los alimentos
Se dice que no hay mejor comida como la que son hechas en nuestros propios hogares. Es por eso que sea cual sea el país donde usted viaje tenga especial cuidado con los alimentos. Consuma solo aquellos que son elaborados en un establecimiento de confianza. En el caso del agua es preferible el agua embotellada de fábrica. Entre las enfermedades más frecuentes está el malestar del viajero, el cólera y la fiebre tifoidea.
Enfermedades transmitidas por animales
Este tipo de enfermedad tiene un nombre poco conocido, la zoonosis. El riesgo recae no solo a una mordedura sino al tener contacto con los fluidos corporales de estos animales (ya sean salvajes, en cautiverio o domésticos) o el consumo de alimentos de origen animal como la carne y la leche. Lo que puede contraer va desde una rabia hasta ciertas fiebres hemorrágicas virales. Lo mejor es mantener una distancia prudencial de parte de usted y sus acompañantes.
Enfermedades a través de vectores
Las matemáticas tienen muy poco que ver con esto. Se llama vector al medio de transmisión ya sea un mosquito, un piojo, garrapata o cualquier insecto similar. Estos se encuentran en ambientes tropicales o en contacto con caballos o perros no desparasitados. Entre las enfermedades que podría adquirir de esta manera están el dengue, encefalitis (transmitidas por garrapatas), fiebre amarilla, etc.
Enfermedades transmitidas por la sangre
Debemos hacer hincapié que además de la sangre, el contacto directo con otros fluidos corporales es factor de riesgo para adquirir diversas enfermedades. Esto se reduce evitando el uso de jeringuillas o agujas para inyecciones, así como aquellas usadas para la acupuntura, tatuajes y el pirsin, que estén contaminadas. Lamentablemente también puede existir riesgo de adquirir una enfermedad debido a una transfusión de sangre insegura. Es por eso que es muy útil informarse de los centros médicos afiliados al seguro de viajes ya que en la lista local, estos son los más seguros.
Enfermedades de transmisión sexual
Una realidad que no se puede ocultar y que todo viajero debe tener en cuenta es que también existe el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Existen dos caminos, evitar las relaciones sexuales esporádicas sin protección y mediante el uso de preservativos.
La tierra y el aire como medio transmisor de enfermedades
Muchas enfermedades encuentran en el aire el medio perfecto para que en fracción de segundos pasen de una persona infectada a otra sana al toser. Así se transmiten neumonías, paperas y meningitis. Sin embargo otras enfermedades permanecen suspendidas en el aire por algún tiempo. Estas son la tuberculosis pulmonar, sarampión, fiebres hemorrágicas con neumonía y la viruela.
Y es que estamos rodeados de vida por todas partes que hasta ciertos terrenos pueden contener agentes infecciosos los cuales pueden aprovechar algún corte, rasguño o herida que tengamos para causarnos infecciones de orden parasitario. Se recomienda evitar el contacto con el suelo sobretodo si tiene heridas y sino, darse una buena lavada de manos y rostro con jabón o desinfectante antes de ingerir alimentos.
Quizás, después de llegar a este párrafo usted se sienta abrumado con todos los riesgos a los que puede estar expuesto durante sus vacaciones en el extranjero. Sin embargo, estos son casi los mismos riesgos que usted encontrará en su propia localidad y las formas de prevenirlas también son las mismas.